Sidérea, capital del Universo, centro motor y propulsor de todas las Galaxias, faro de antiquísimas civilizaciones, control y coordinación de todas las especies organizadas... Principio o Génesis de inmortales culturas... ¡Cuna de Epsafa! Aquello era la mayor región habitada del universo entero. Un mundo antimaterial donde habitaban un número incalculable de seres llegados de todos los planetas del cosmos y de todos los tiempos, desde hacía billones de siglos. ¡Sidérea era la más increíble Babel de todas las civilizaciones habidas y por haber! Janet Leary se encontró allí, de pie en una elevada torre de cristal, contemplando una extensión ilimitada de llanuras superpuestas y edificadas. Planos sobre planos, mundos sobre mundos, transparentes y opacos al mismo tiempo, tangibles e intangibles, masa amalgamada de seres de las más increíbles y desiguales razas.