Estás familiarizado con el sentimiento. Estás realizando tu día normalmente; Es posible que estés viajando en autobús o cenando con tu familia en este momento. Quizás estés acostado en la cama ahora mismo, tratando de dormir un poco. Un pensamiento aleatorio y no deseado me viene a la cabeza en ese mismo momento.

Mañana tengo que entregarle a mi jefe ese informe en el que estoy trabajando. A esto le sigue inmediatamente una serie de pensamientos más perturbadores. ¿Qué pasa si encuentra algo que se adapte mejor a sus necesidades? Es un poco largo, ¿no? ¿Qué pasa si considera que esto le quita demasiado tiempo?

El efecto dominó sigue siendo fuerte. ¿Qué pasa si no encuentro trabajo?

Como tengo que pagar mi próxima visita al dentista, no puedo quedarme sin ingresos en este momento.

Y esto continúa. Aunque los pensamientos o circunstancias puedan ser diferentes, la emoción de preocupación es constante pase lo que pase.

Ahora bien, la preocupación no siempre es algo terrible; puede servir como un sistema de alerta temprana sobre posibles amenazas o problemas, que luego podemos trabajar para resolver.

La preocupación es un problema si usted es como la mayoría de las personas, que representan una gran proporción de la población. No tienes poder sobre ello, no hay nada que puedas hacer para detenerlo y no importa cuántas veces alguien te diga que "dejes de preocuparte", el sentimiento no desaparecerá. Es una lucha que no se puede ganar.

Sin embargo, parece que preocuparse no es la mejor estrategia de combate.

Descubrirás el truco engañoso que el miedo juega en tu cerebro en este libro, así como también cómo puedes utilizar este conocimiento para mejorar tu enfoque y visión de la situación.

Vayamos directo a lo básico: ¿qué es exactamente este truco de la preocupación?