Oliver Adair. Hermoso por fuera. Roto por dentro. Una mala decisión tras otra le dejan arruinado y sin opciones. Cuando le proponen que venda su cuerpo, entra en el mundo paralelo del sexo de alquiler. Oliver se embarca en un viaje que le obligará a enfrentarse a sus demonios, a responder por sus pecados del pasado, y a convertirse en un hombre.

Oliver Adair disfruta de una vida de mujeres (algunas veces hombres), viajes, y sexo. Desafortunadamente esas cosas cuestan dinero... algo que a él no le sobra. Cuando se le ofrece la oportunidad de recibir un salario por hacer lo que le encanta, felizmente firma para convertirse en un acompañante masculino. Pero primero tiene que pasar por el proceso de selección. La madam de la agencia hace que una de sus chicas le ponga a prueba. Oliver descubre rápidamente que en este mundo no sólo es deseable ser un hombre a lo James Bond, sino que es lo que se espera. Abrazando su sexualidad masculina, se hace un nombre en el mundo de los gigolós.