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Thomas Bernhard en estado cáusticamente puro
Bernhard publicó el relato que da título al libro en el diario ¿Die Zeit¿, en 1982, como ¿Goethe schtirbt¿ y no ¿Goethe stirbt¿, como sería lo correcto. Se sirvió de ese recurso ortográfico para hacer blanco de su ironía a dos tabúes alemanes: Goethe y la muerte. La traducción española de Miguel Sáenz, ¿Goethe se muere¿, trata de imitar esa ironía.
Los cuatro relatos que recoge este volumen aparecieron en distintas publicaciones y no en un único libro como era la primera intención de Thomas Bernhard. Así se lo hizo saber a su editor alemán, Siegfried Unseld, en 1985. Pasados los años se ha cumplido el deseo de Thomas Bernhard. En estos cuatro relatos, condensa todos los principios narrativos y el pensamiento que articula su obra. La ironía, la provocación, la desmitificación, los equívocos, la irreverencia, las paradojas..., fluyen por los relatos para deleite del lector, al que en ocasiones descolocará y en otras provocará su sonrisa.
Bernhard publicó el relato que da título al libro en el diario ¿Die Zeit¿, en 1982, como ¿Goethe schtirbt¿ y no ¿Goethe stirbt¿, como sería lo correcto. Se sirvió de ese recurso ortográfico para hacer blanco de su ironía a dos tabúes alemanes: Goethe y la muerte. La traducción española de Miguel Sáenz, ¿Goethe se muere¿, trata de imitar esa ironía.
Los cuatro relatos que recoge este volumen aparecieron en distintas publicaciones y no en un único libro como era la primera intención de Thomas Bernhard. Así se lo hizo saber a su editor alemán, Siegfried Unseld, en 1985. Pasados los años se ha cumplido el deseo de Thomas Bernhard. En estos cuatro relatos, condensa todos los principios narrativos y el pensamiento que articula su obra. La ironía, la provocación, la desmitificación, los equívocos, la irreverencia, las paradojas..., fluyen por los relatos para deleite del lector, al que en ocasiones descolocará y en otras provocará su sonrisa.