Es increíble cómo es que las cosas han cambiado en las últimas décadas. Antes, no podías atreverte a expresar una orientación que fuera diferente de cualquier elección que hayas tomado en ese momento: heterosexual. Incluso era equivocado imaginar el concepto de ser atraído por una persona del mismo género, y sentías que tenías que guardar esos sentimientos dentro de ti. No había otra manera porque tus padres se alarmarían, tus amigos te evitarían y las instituciones serían muy incómodas contigo por hablar de tu sexualidad. Incluso tenían una política en la que podías ser homosexual, pero ¡pobre de ti si elegías hacerlo público!