Definición de una vida feliz y exitosa

Todos hemos formado nuestras propias definiciones de felicidad desde la infancia. Muchas de estas percepciones se deben a un desarrollo condicionado, es decir, son parte de nuestros hábitos debido a la inculcación repetitiva por parte de los padres, los profesores y la sociedad en general. Por eso, ninguno de nosotros ha reflexionado sobre lo que exactamente nos hace sentir felices! Este sentimiento ha sido dejado a nuestro subconsciente y simplemente sentimos la felicidad de acuerdo a la situación en la que nos encontramos.

Muchas cosas pequeñas pueden darnos felicidad. Por ejemplo, sólo pensar en ir de compras o en gastar dinero tiende a excitarnos y a hacernos sentir felices. Las oportunidades y las nuevas ideas también tienen un efecto similar en nosotros. Este estado de excitación nos hace imaginar cosas relacionadas con estos incidentes. Por ejemplo: la perspectiva de ir de vacaciones mientras recibimos un bono de oficina no sólo nos entusiasma, sino que también nos hace planear e imaginar las vacaciones. De hecho, ¡sentiríamos la dicha sin estar de vacaciones!

Sin embargo, al estar de vacaciones, la emoción tiende a establecerse cuando uno comienza a sentirse contento.

Lo mismo ocurre con los objetos. Estamos muy locos por comprar el último teléfono celular, laptop, I-pod o el nuevo auto. Pero una vez que somos dueños de esas cosas, la emoción se establece y la apelación no se mantiene igual. El ciclo de excitación comienza de nuevo cuando se lanza otro producto nuevo.

Hagamos una pausa y pensemos seriamente en nuestro dominio de la felicidad. ¿Se refiere únicamente a la adquisición de los últimos objetos? ¿Termina cuando se cumplen los deseos? ¿Está nuestro dominio de la felicidad limitado a pasar un buen rato con la familia o los amigos? Estamos tan involucrados en este ciclo de deseos que nos olvidamos de ver qué es la verdadera felicidad y cómo se puede lograr.