La fe es el único camino para nuestra salvación en este mundo en el que nunca como ahora nuestra existencia ha estado plagada de espejismos ilusorios controlados por una minoría poderosa y satánica que busca el adormilamiento de la especie humana y la esclavitud y apropiamiento de su más precioso tesoro: sus almas inmortales.
La fe en Jesucristo resucitado que ha vencido al mundo y que nos invita a su mesa generoso, es nuestro único camino de salvación.
Dios nos hace justos y santos sin valerse de la ley humana mediante la fe en su hijo y su palabra eterna de redención, emancipación y liberación de este mundo oscuro y aprisionante.
La justicia de nuestro Padre celestial llegara a este mundo y acabara con el orgullo y la existencia de los poderosos que han oprimido al género humano durante muchas generaciones, pero será benigna y liberadora para todos los que han creído en El por medio de la fe en su hijo Jesucristo y de su gracia santificante y redentora.
El autor cree que en estos tiempos cruciales ha llegado el momento de elección para toda la humanidad si esta quiere lograr su liberación de las tinieblas de este mundo y que esta elección que se dará en cada persona sólo puede tener lugar dentro de cada corazón individual y no en su mundo exterior que a través del embotamiento de los sentidos causado por los deseos carnales y de una cosmovisión mental manipulada que se le presenta constantemente, sólo busca el oscurecimiento del intelecto humano a través del gancho demoníaco de la intemperancia, cuya consecuencia es la extinción total de su gracia santificante.
Es un movimiento del corazón hacia la voluntad de Dios lo que le espera a todo ser humano, de lo contrario, más temprano que tarde será engullido irremisiblemente por las tinieblas de este mundo.